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Soy el humo de una vida mal apagada.

12 feb 2017

Una luna que no era mía 2

¿ Cuántas veces has pasado ya por mis pupilas ? 

Casi seis años después, sigue siendo la misma desconocida que cada noche me recuerda una nostalgia distinta; Cambiante, con un olor diferente en cada época del año, siempre la misma luna que cada noche me recuerda que nunca será mía. 

Tú eres mí niño travieso con arco y flecha que revoloteas en el cielo asegurándote de que el amor duela. Me dejas verte, pero no tocarte. Me dejaste amarte, y al día siguiente te escondiste detrás del sol, y yo tan cerca entonces de ti, ardí en el intento. Desde aquel momento te burlas de mí, en la lejanía de un cielo oscurecido por los inviernos más fríos y lluviosos de enero. 

Y herida me refugié detrás de la ventana desde donde te observo. Y observándote, me di cuenta, luna querida, amada... que tu también sufres por amor. Que es tu tristeza, semejante a la mía, lo que me llama de ti. Por ello me apartas. Pues también amas a alguien a quien no puedes ver, ni tocar, que te aparta a un lado del cielo con un olor diferente en cada amanecer y te deja en las sombras, y te hace olvido y ausencia a la vez. 

Ahora entiendo porque nunca serás mía. 

10 dic 2016

LOVING STRANGERS

Nuestra historia no fue como una de esas películas francesas. Nuestra historia no fue una película con algún mensaje específico. No puedo decir lo que fue nuestra historia realmente, pasó hace tanto tiempo que los recuerdos se han convertido en una bocanada de humo difuso en el aire. No me deja verte con claridad... y mis deseos de seguir allí se mezclan con el mismo humo. Recuerdo, que nuestra historia no fue ni mucho menos perfecta, de por sí, fue lo más imperfecto que uno puede vivir. Que jóvenes eramos... las ganas de amar nos recorrían por cada rincón del cuerpo, como si la lleváramos en la sangre y nos empujara a vivir cualquier locura que se presentase en el camino. La casualidad, era a la única diosa que le ofrecíamos culto, y el amor era nuestro templo. Dionisio nuestra inspiración; sin él no habríamos sido capaces de dejar a la tediosa vergüenza a un lado, pues fue la única, junto a la razón, que nos pudo haber frenado.  ¡ Cuánto amábamos las cualidades ! Era lo que nos daba la vida...  ¡las veíamos todas! Y todas tenían un significado que nos acercaba cada vez más, como si fuera un capricho del destino el encontrarnos. Y lo mejor de todo es que en el fondo, estábamos completamente seguros de que lo haríamos. De que en algún momento nuestro días se cruzarían, bajo cualquier escusa absurda y entonces, pasaría algo que nadie podría evitar, pese a toda realidad posible.  Las casualidades nos unirían... las raíces de nuestros corazones serían como enredaderas que nos atraían cada vez más. Y cuando estuviéramos a un centímetro de distancia, se enlazarían unas con otras y crecerían hacía arriba cubriendo todo nuestro interior con un intenso verde; se nutriría de nuestro amor, de cada latido al  mirarnos, al rozarnos las manos bajo un extremado silencio que solo los amantes saben interpretar. Envueltos en ese gran secreto, nos perdimos, sin querer salir durante meses, furtivamente regalándonos canciones en las madrugadas, sonrisas a la pantalla, avivando los deseos de volver a besarnos, con el calor de junio en nuestras espaldas, anhelando volver a vernos... junto a Dionisio, el conspirador, con forma de botella y mentiras, mentiras preciosas que nos encantaba creernos, y que poco a poco nos iban matando junto con la razón y la vergüenza, que infectaban nuestro interior como de si  de insectos se tratasen, queriendo destruir nuestros lazos, separar nuestro corazones enredados. Lo que nos unió, nos separó, a nosotros; dos extraños, amantes y desconocidos, que se conocieron de verdad durante un tiempo para luego marcharse sin dejar rastro, sin dejar ninguna huella, salvo la que quedó en nuestros corazones, que nadie, absolutamente nadie puede ver. Fue nuestro secreto más grande...

el amor.  


Coming soon...


3 ago 2016

Desconocidos

- ¡Hola, señor X! Perdona, sé que llego un poco tarde, el metro estaba saturado y era casi imposible ir más rápido, demasiada gente para un lugar tan pequeño creo.. - 
- ¡Hola, señorita X! No te preocupes, acabo de llegar hace prácticamente veinte minutos... era broma, solo hace cinco minutos, chiste malo. Emm.. sí, te entiendo en la ciudad a veces cuesta respirar hondo, y cuando lo haces, siempre te quedas con la sensación de no haber cogido el suficiente oxígeno.

Así comienza este encuentro entre dos desconocidos, que a ciegas decidieron verse en la terraza de un bar, de una ciudad cualquiera. 
No importa que ciudad sea, puedes imaginarte cualquier ciudad del mundo; Nueva york, París, Roma, Madrid, Barcelona, Berlin.. ¿ Qué más da ? Pues en cada una de ellas hay gente, hay demasiada gente que nunca se han mirado, aunque se vean cada día; en el trabajo, en el bloque de piso donde vives, en la cafetería que más frecuentas, en el gimnasio, en el centro comercial... incluso en la misma cama o en el mismo círculo de amistades. ¿Qué más da que tengas un nombre? al fin y al cabo no somos diferente de esas dos personas que deciden conocerse en un bar cualquiera, de una ciudad cualquiera. Al menos ellos, desconocidos los dos, decidieron mirarse y verse, aunque no dejan de ser dos desconocidos más... 

Hay desconocidos por todos lados, tú mismo eres uno. A veces miro, pero no veo a nadie, solo formas que reconozco y etiqueta mi cabeza. Pero no veo a nadie, a veces pasa lo mismo cuando te intestas ver en el espejo con detenimiento, y te preguntas "¿ Quién eres tú? te reconozco... pero tu forma ha cambiado, ya no soy yo... ¿ Cuántos años han pasado? Pero eso no importa... porque ya no soy capaz de verme, solo lo que mis ojos quieren decir que soy " 

Y así andamos, creyendo lo que creemos ser. Incapaz de vernos, incapaz de ver a los demás. 

No hablo de la soledad de una ciudad, ni la que siente uno mismo cuando termina el día, pues hasta los afortunados amantes se sienten solos, hasta ellos se sienten desconocidos. 

Hablo de la terrible indiferencia del mundo, del tiempo, de los recuerdos, de las ideas, del día a día, de la rutina, de lo que esperamos, de lo que nos olvidamos, de lo que esperan de nosotros, de los que se olvidan de nosotros... de los desconocidos en los que estamos pensando ahora. 
De que nos han hecho formar parte de algo que nos separa y olvida cada vez más, nos dicen que estamos más avanzados y comunicados. Que a un paso podemos atravesar fronteras y conocer cientos de países y que a tan solo un 'click' podemos tener el mundo a nuestros pies. Sin embargo, de lo único que me he dado cuenta, es de lo gran desconocedores que somos. En eso nos hemos hecho expertos; en no mirar ni ver, en olvidar cualquier cosa en cuanto te dicen " Carpe Diem amigo", en exprimir nuestro tiempo por que claro " Tempus Fugit", en no amar lo suficiente por que " suficiente siempre fue demasiado poco" en no conformarnos porque siempre hay que querer más y más. Nos han obligado a ser alguien en la vida de tal manera, que hemos conseguido el efecto contrario. Enhorabuena. Somos todo lo que no fueron nuestros antepasados. 

Y qué más da cuánto corramos, a cuántas ciudades vayamos, la pregunta es ¿ Por qué allá donde vayamos, sea cual sea el lugar y con quién nos rodeemos... por qué nos seguimos sintiendo solos?

No me hace falta ver mucho mundo, ni ir a la india para encontrarme a mí misma, estoy aquí y lo noto constantemente. Todo intenta recordarme lo solos que estamos, y la de desconocidos que hay, la de países que aun no he visto... todo eso lo sé, pero se han preguntado ellos alguna vez ¿ quiénes son y por qué son ? 

Una vez mí profesor de filosofía me dijo, " el conocimiento es un ángel terrible" y Cernuda me enseñó que el amor , ángel terrible, que se adentra en tú pecho, despliega su ala pesada como el acero, te atraviesa y te atormenta sonriendo desde dentro.     
" Allá, allá lejos; donde habite el olvido... "



9 may 2015

Flash Back

Hará algún  tiempo le perdí el sentido a escribir. No sé como sucedió, lo que antes sostenía mi alma, de repente dejó de hacerlo. Supongo que dejé de tener un motivo para escribir, que dejé de sentir, que dejé que los días, uno tras otro me ahogaran en su constante Pasar ...

Sin darme cuenta estaba rodeada de personas, personas que tras esos días juntos crearon un vínculo conmigo. Sin embargo, me volvió una Pasar ... 


Me vi a mi misma, a mi YO del pasado haciéndome de sombra y a mi yo del futuro hablándome al oído. Entonces, mi mirada volvió a cruzarse con mi sombra y sin más, se apagó. En uno de esos días que pasaban, junto a las personas que formaban parte de mí  y me hablaban y me hablaban...  de repente, todo a mi alrededor se puso en mute y escuché las voces de un futuro que había olvidado. Cuánto más intentaba volver a escucharlos, menos podía volver a oírles. 


Estoy hablando de una milésima de segundo por la que volví a sentirme excluida de un mundo del cual nunca me sentí hija. 

¿Cómo puede ser que mi pasado y mi supuesto futuro sean capaces de anular mi presente? 
No, no esteban anulando el estado de mi tiempo, me anulaban a mí. El tiempo, está claro que es imperturbable. 

Lo que está claro es que,  después de aquellos años en guerra llegó la calma. Y esperé... y esperé... pero la tormenta nunca más volvió. En ese instante sentada en aquel banco, con aquellas personas, me volví una sentir naufrago en tablilla de madera mecido por el constante vaivén de la marea. 


Me Deje ir ...


El agua salina mal curó mis heridas de guerra y tras los años las cicatrices se hicieron dueñas de aquel cuerpo que flotaba en un océano interior llamado mente. 


Y en otro plano, mi cuerpo, mi verdadero cuerpo. Estoy refiriéndome al cuerpo físico, aun no había abandonado el campo de batalla. Como un flash back, cada vez que mi mirada se cruzaba con mi sombra, por una milésima de segundo, regresaba a mi cuerpo físico, y al mirar a mi alrededor lo único que veía era una masa de cadáveres. Y a mi, me veía a mi, en medio de aquella colección particular de carne y hueso que ahora pertenecían a La Muerte. Estaba clavada en el suelo, sostenida por una lanza que traspasaba mi centro, con una mano agarrándola y con la otra casi rosando la tierra. 


¿ Viva ? Si, pero en el fondo había dejado de luchar, seguía respirando, pero me quede allí, incapaz de salir. 


Los demás habían tenido suerte, al menos murieron y olvidaron. 


No, no estoy deseando la muerte, solo estoy contando mi "Milla Verde" comparándola con esa sombra que me sigue a todas partes y me condena a revivir y a traspasar las puertas del infierno, una y otra vez ... 


Continuará ... 




12 nov 2014

Ella

Esta es la historia de Ella. 
Ella sabía que un adiós, era algo definitivo. Que quien pronunciaba esta palabra, no podía volver a recuperar su historia, que todo lo que en ella sucedió quedaría atrás, olvidado, guardado en un cajón con llave para luego tirar la llave. 
Siempre intentó evitar las despedidas, por eso nunca creaba vínculos con nadie, sabía que si los creaba, tarde o temprano se romperían. Pero fue inevitable, ese vínculo, esa despedida. 
Nadie entendía el significado que para Ella tenía la palabra " adiós " toda la magia que poseía. Todo el mundo, en general,  piensa que el primer amor es lo que nunca se  olvida, pero realmente lo que nunca se olvida es la despedida, el último adiós, que cierra esa parte de tu vida. 
Hoy día decimos adiós con demasiada ligereza, pensamos que por el hecho de que las personas sigan existiendo tendremos  la oportunidad de volver a ellas siempre que nos plazca. Pienso que no le damos el verdadero valor que tienen algunas palabras tan significativas como está de la que hablamos en éste texto. Por supuesto, aquí no hablamos del adiós del final de una conversación, o de un encuentro. Hago referencia a un "adiós" más profundo, un " adiós " que no se despide realmente de nadie, habló del " adiós" que se transforma en una elección, un fin decisivo y definitivo. El punto y final de una historia de carne y hueso. De esas historias que sabes que lo único que queda por decir es "adiós" y entonces te das la vuelta, comienzas a andar, y sin mirar  a atrás, te rompes en mil silencios que inundarán tu alma durante un largo tiempo, tal y como le paso a Ella. 
Desde entonces, desde aquel adiós tan amargo, nunca jamás le volvió a doler tanto una despedida, para Ella los finales ya no le resultaban algo tan especial. No sentía ni padecía ninguna despedida, no conseguía crear vínculos importantes. No había nada que la hiciera sentir. Era como si ese  adiós, le hubiera robado el corazón de tal manera, que lo único que dejó en su lugar fue un hueco vacío cubierto de venas por donde se le derramaba la vida. No había nada especial. Solo esa incapacidad de sentir. Se acostumbró al hecho de que las personas van y vienen, dejando atrás su inclinación a pensar que hay personas que son para siempre.  
Para Ella nunca habrá un adiós como aquel. 

27 sept 2014

Todos sueñan con París.

Algún día me veré caminando por las calles de París con un bolígrafo y una libreta en blanco. O tal vez me vea en una de esas cafetería bohemias que muestran en todas las películas. Y escribiré. Escribiré de todo aquello que pueda escribir, recordando a poetas que por allí pasaron o desearon pasar. Pues dicen, que todo poeta y buen escritor lleva en su alma el reflejo de una flecha que apunta al cielo, de la primera vocal del alfabeto, de una torre que guarda los sueños de aquellos que ya han muerto. Y que al contemplarla, hoy día,  aun se nutre de la vida y de los sueños que desprendemos. 

Una ciudad magnética, ciudad vigilia de muchos sueños, cuidad forjada a hierro y sangre, París... nos enseñó que la libertad existe, lucha tras lucha de multitud de almas intrépidas. Almas que gritaban, que soñaban, que amaban, que deseaban, que sentían, almas.. que nunca se conformaban. 

¿Qué mejor sitio para soñar que París? 

Ciudad donde los sueños más que posibles fueron, necesarios. 

Todos soñamos.
Por eso, todos soñamos con París algún día.   

Y esta noche me voy soñando,  imaginando que algún día mis versos, mis letras, puedan volar junto a ella. 
 Luchar por la liberación de mi alma, en un mundo hermético. Que se asfixia en su propio recuerdo. Muriendo en esencia. 

¿ Qué ves ?

¿Qué es lo que ves ? - dijo - Nada.
¿Qué es lo que ves ? - Repitió - Nada.
! Qué es lo que ves ! - gritó - ... nada.
¿Qué es lo que ves ? - suavizó - Un hombre...
Que espera de mí algo más de lo que soy.
Que espera de mi respuesta, una respuesta a sus sentidos.
Que espera de mi un reflejo de su alma, pues anhela ver en otras almas la pasión que en la suya guarda.
¿Qué es lo que veo ? - se preguntó - Palabras.

21 sept 2014

La noria.

Escribo como respondiéndote. Tal vez, no le encuentres sentido, quizás no debas buscárselo . Pues de todo esto aprendí que en la vida no todo tiene sentido, no llegamos a entenderlo todo.
 Vi que cada persona tiene su propio mundo y a pesar de que deberían de ser semejantes al nuestro y conectarse por ciertos puntos de conducta o hábitos, lo cierto es que las personas son impredecibles. Te quebrarás las cienes intentando entenderlo, incluso salvarlo, porque simplemente su mundo te importa, pero bien debes de saber y bien debes de tener en cuenta que tal vez y simplemente, la respuesta está en su propia voluntad. No todo el mundo quiere ser salvado, es más, muchas personas nacen sentenciadas por sí solas, no te estoy hablando del destino, te hablo de la posibilidad de elegir, eligen ser muertos vivientes. Y aunque se esfuerzan por amar, son incapaces de mantener el amor. Hubo un tiempo, un punto en las vidas de estas personas, en las que sí pudieron ser salvadas, pero... el libre albredrio no viene precisamente con indicaciones.
 Ahora te hablo del transcurso de la muerte. Ese fatídico punto  donde ya no hay retorno, donde ya se ha elegido, y  el destino si es que es así, queda marcado, o tal vez el azar, sea lo que sea te encuentra. En ese transcurso, es donde se la ha encontrado. 

Y seguramente no debió de haber vivido todo esto, y a estas alturas lo que queda es esperar y rezar para que el oscuro futuro de su mundo no afecte ni marque el propio.

Mi cordura me impide hablar en exceso, mi peso es llevar esta condena en silencio, mas intento salvarte la vida, el tiempo y la pena a ti, ya que conozco el dolor que aguardas,  sin saber más allá de él. Me basta con eso y aunque yo no soy nadie y estás palabras lleguen lejanas a tus sentidos lo único que sé es que no puedo permitir que nadie más caiga en esa noria de vidas descontroladas que cae vertiginosamente al vacío sin freno y sin conciencia. Al igual que caí yo, pues yo, tuve que apearme de esa noria como un suicida al precipitarse de un edificio  de cien plantas, para caer directamente sobre el asfalto. Sin embargo, puedo decirte que no era asfalto lo que me esperaba de esa caída, que ojalá lo hubiera sido. Era algo aun peor, esa  noria de vidas descontroladas me dejo tan mareada, enajenada y perdida que sin darme cuenta me precipité hacia un agujero negro más profundo aún que el corazón de los demonios de las personas que en aquella noria conocí. Es más, diría que sus demonios se apearon conmigo para no dejarme escapar tan fácilmente. Es todo lo que vengo arrastrando desde que me tiré. 
Puedo decirte que al principio, era increíble estar ahí subida, lo sentías todo, el vértigo, el viento, la velocidad, todo pasaba ante ti como si nada. Si eras capaz, te quedabas con ciertos momentos puntuales pero en general era todo un caos en círculos. Sentías el descontrol de tú propia vida acompañado de las suyas y te daba igual, lo único en lo que pensabas era en que esa sensación no desapareciera jamás. Pero yo siempre tuve una escalofría intuición sobre todo aquello que me rodeaba, en concreto sobre una de las vidas que me rodeaba. Muchas veces aunque seguía girando y girando, entre tanta locura, encontré ciento sentido común. Fue ese "algo" que encontré, lo que me hizo reaccionar a tiempo. No puedo decirte exactamente que fue, ni aunque lo supiera, pues ya te vengo diciendo que no puedo rebelar ciertas cosas, recuerda que esto solo son palabras que te deben de llegar muy lejanas.  Al menos ya que estás ahí subida supongo que intento ser ese "algo" en ti, que a mí me hizo bajar definitivamente. Pues a pesar de que lo que vino después fue una agonía en toda regla, lo que es seguro es que el pasar por todo aquello me sirvió para darme cuenta que es necesario, en medida y hasta donde puedas, mantener en tú propia mano el control de tú vida. No debes dejarte llevar por ese conjunto de vidas, que pintan atractivo  el girar hacia la nada, el caos y la locura, ya que lo único que conseguirás es una continua sensación de fatiga, inestabilidad, pérdida y desasosiego al ver todo lo que está pasando ante tus ojos y no poder pararte a disfrutar de ello.  
Todo lo que te estás perdiendo por una simple sensación mundana, por esos miedos, por ese "no entender ciertas vidas" por esa frecuente manía humana de negar la realidad que tenemos, haciéndola horrible a ojos nuevos al huir de esa forma, porque lo que estás haciendo y que quede muy claro, y lo que yo también hice fue en todo momento, huir. Huir de una realidad, que sea cuales sean las causas o las situaciones, no nos gustaba. Por eso nos parece tan morboso estos mundos, de estas personas, que de tanto huir en sus norias, han perdido prácticamente la posibilidad de elegir volver a la realidad. Imposible salvarlas y si lo sigues intentando lo único que conseguirás es que su noria te aplaste y te pase por encima sin inmutarse y sin mirar atrás. Pues los que están ahí subidos no sienten nada más que una adicción por la autodestrucción. Y no mirarán por nadie ni por nada. Pasarán por cualquier cadáver vivo o muerto, hasta que sus cadáveres sean lo único que sientan crujir.  

Seguramente no entiendas nada, yo no tengo el talento suficiente aun como para hacer de mis ideas textos coherentes y fáciles de entender. Pero ahí queda mi vana intención. Ya que no pude salvar su mundo, tal vez, llegue a tiempo al tuyo. Porque por alguna razón siempre me sentí en deuda con su vida, pues su tristeza de alguna forma se encontró con la mía. Eso quiero pensar, puede que solo fueran mis ganas de que alguien encontrará mi tristeza. Seguramente no sea una gran razón para haberme subido a esa noria, pues esa tristeza en vez de aliviarla la aumento, pero... desde luego también aprendí que ningún clavo es capaz de sacar a otro clavo. Y por tanto la tristeza ajena es incapaz de curar la propia, solo la aumenta y la desborda, como cuando se juntan dos ríos y se hace fuerte su corriente. 

Esa noria fortaleció mi tristeza y la aumento a otros niveles. Y ahora solo me queda cargar con está condena de, solo yo,  saber descifrar cada punto de este texto. De saber el final de su noria, de haber girado en ella, de haberla perdido o de haberme tirado por salvarme yo, y de no poder hacer nada sabiendo que si tal vez hubiera hecho algo diferente, tal vez... siguiera viva muchos años más. 


Este texto, es solo un preludio a una historia más compleja, que aún soy incapaz de escribir. Si os fijáis los "Tal vez" son bastante redundantes. 

Mis albedríos si llevan indicaciones.

PDT; Perdonen, las faltas y las incoherencias, ya lo arreglaré, 

7 sept 2014

Septiembre.

Septiembre, un mes lleno de matices, donde dejamos atrás las utopías de verano y donde empieza la realidad de nuestro "invierno" . El mes en el que nacen soñadores y realistas. Lleno de aire y tierra, de contradicciones y de necesidades. El mes del amor y del odio, de pasiones insostenidas, de amigos y de enemigos. Un mes que aviva la chispa y alza la llama, el mes donde todo vuelve a quemar. 

Puedo considerar el mes de septiembre como uno de los meses mas significativos del año. Pues es en él donde comienza todo; la rutina, los horarios, los reencuentros, las despedidas, las mañanas duras, las tardes húmedas, los libros, la realidad, los días cortos, las noches cortas, el mes donde tu vida parece reducirse a la mitad y donde las horas pesan el doble. 
A primera vista parece bastante triste; comienzan las primeras lluvias, días bochornosos, sensaciones extrañas... 
Sin embargo, si os fijáis, es el mes más importante del año, para la mayoría todo vuelve a empezar, al menos para mí, pues lo veo como un punto de salida, aunque sea triste, pero siempre he dicho que la tristeza es algo importante, no podría vivir en un verano feliz para siempre. La tristeza es la ceniza de este fénix, resurjo de ella, vivo en ella, me hace ser mejor, por eso, siempre aguardo la llegada de septiembre. 

Realistas y soñadores, nacen este mes, y decidme ¿ Qué sería este mundo sin unos o sin otros? ¿ Qué sería un año sin septiembre? Es el mes donde se inician proyectos, sueños, ambiciones, esperanzas, el mes que acerca al frío un poco más, el mes donde casi cambiamos de ropa corta a larga o de entre-tiempo, el mes donde afloran los miedos, los fracasos y las más grandes victorias. 

El mes de las contradicciones, de los pros y de los contras. 

 Es mi mes... 

Y en el olvido me dejaba yo el nacimiento de los románticos. En el olvido del olvido. Donde nada acaba. Allí puedes encontrarme, en un septiembre alejado, moribundo, casi inerte. Tal y como lo dejaste... arrastrando todo lo que ya he nombrado que lleva consigo este mes. Así de fuerte es, septiembre. Así de triste, solitario y a la vez tan comprendido. Pues todos lo pasamos. 

10 ago 2014

Palabras de odio.

Llegó cargada de odio, con una tormenta de palabras altivas,  injuriosas y arrogantes que me hundió de nuevo en un agujero que creí haber cerrado hace ya un tiempo. Una tormenta de palabras que a distancia inyectaban  su veneno sin importarle nada.

Nunca entendí sus razones, porque jamás las mencionó, por eso nunca creí que las tuviera. Así que el tiempo y todas aquellas lágrimas de invierno oxidaron su interior, dejando solamente un pictórico rojo ocre formado por pigmentos de odio. Sin embargo, era imposible que semejante ira cupiera en ella, en su pequeño cuerpo, así que destilaba palabras flamantes recubiertas de la gasolina de su saliva. Imaginaos el estallido que provoco en un segundo.  Su cuerpo, se convirtió en un pequeño recipiente inerte incapaz de sentir aquello que una vez la mantuvo viva.

De incrédula fue creer que no llegaría a tocarme. Pues pensé que mis palabras se habían curando de aquel pasado que ya una vez fue calcinado y enterrado por el tiempo. Sin embargo, por un segundo volví a sentir que mis palabras ardían sin ningún control, dispuestas a combatir la tormenta de fuego con la que volviste para quemarme.

Me llenó de todo su odio en un instante cargándome de nuevo con ese peso y volviéndose a ir con toda sus palabras, sus razones y su oxidante vendaval.